Atención, pregunta: ¿A qué año corresponde el calendario de la imagen?
Querido
lector: no pierda el tiempo tratando de responder a la pregunta que por
otro lado podría no ser única y existir más de un año con ese
calendario. Uno de un año, al menos, existe y yo sé una respuesta válida
(que revelaré más adelante).
Yo
no soy muy de celebrar efemérides. De hecho si me fuera posible pasaría
por encima de ellas de forma superficial, pero no siempre es posible
por consideraciones familiares y de amistades: no se puede faltar a la
cena familiar de Nochebuena, por poner un ejemplo —aunque haya cuñados—.
El vocablo efemérides queda fijado en el diccionario como «un acontecimiento notable que se recuerda en cualquier aniversario de él». El grado de notabilidad puede ser muy variado dependiendo de la persona y el contexto.
Para
los que llevamos unos añitos rodando con el Mundo, algunos de los
hechos que se conememoran tuvieron lugar en fechas en las que estábamos
aquí. Con ello, siempre podemos añadir, rebuscando en nuestros
recuerdos, qué estábamos haciendo en esas determinadas fechas. En
algunas entradas de este blog he comentado qué estaba haciendo yo el día
del 23-F, cuando el hombre pisó la Luna o en el 11-S cuando tuvo lugar el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York. ¿Qué estaba haciendo Vd.? ¿Lo recuerda?
En
esta semana de noviembre de 2025, el jueves día 20, se cumplirán
cincuenta años del fallecimiento de Francisco Franco Bahamonde, persona
que rigió los destinos de España durante cuarenta años tras una
desgraciada Guerra Civil que tuvo lugar desde 1936 a 1939. Hay enormes
controversias con algunos actos conmemorativos del suceso que llegan en
una España encontrada —enfrentada para ser más exactos— con una
población dividida que, en general y a riesgo de equivocarme, no tiene
ni idea ni interés alguno en conocer de primera mano —historiadores
reputados— los hechos de aquellos años.
Pero
la idea de esta entrada es plasmar mis recuerdos de ese día concreto.
Yo laboraba en la extinta Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid,
en el departamento de informática de sus oficinas centrales de Madrid
sitas en la Plaza del Celenque. Como todos los días laborables por
aquellas fechas, madrugaba para tras un paseo hasta la estación tomar el
tren de cercanías de las 06:28 hasta la estación de Recoletos, desde
donde iniciaba otra caminata hasta la oficina por la Castellana, Gran
Vía y la calle de Arenal hasta mi mesa de trabajo. Ni idea de que poco
antes de las 06:00 de la mañana se había muerto Franco.
Algunos
compañeros tenían plaza de aparcamiento en el edificio y accedían en
coche particular al trabajo. Cuando entraron en la sala Fernando M.S. y
Juan S.C. iban hablando de que había muerto Franco, pues lo habían
escuchado en las noticias radiofónicas de la mañana en sus coches.
Aparte de la pequeña conmoción inicial, recuerdo como un día de trabajo
normal y regreso a casa donde ya pude estar algo más atento a las
noticias en la radio y los telediarios que se ocuparon exhaustivamente
del acontecimiento, a todas luces muy importante por el nuevo período
que se abría a la ciudadanía tras casi cuarenta años de dictadura.
Volviendo
a la pregunta inicial, el calendario de la imagen de esta entrada es,
precisamente de 1975, en el que se puede ver que, al igual que este año
de 2025, el día 20 de noviembre cae en jueves. Fijándonos con un poco
más de detenimiento, el calendario de 1975 coincide con el de 2025. Día a
día, semana a semana y mes a mes. ¿Idéntico? Bueno, no exactamente.
Para aquellos curiosos hay una página web, https://whencanireusethiscalendar.com/
que nos habla del concepto de reutilización de los calendarios.
Concretamente, si guardamos en un cajón nuestro calendario actual de
2025 lo podremos utilizar de nuevo varias veces a lo largo de este siglo
XXI: concretamente los años 2031, 2042, 2053, 2059, 2070, 2081, 2087, y
2098. Pero de poco sirve guardar los calendarios, pues, aunque coincida
la estructura física de meses, semanas y días, los días festivos no
coincidirán en su totalidad.
Cada
año, por ahora y no parece que nadie vaya a poner el cascabel al gato,
hay que calcular las festividades móviles de la Semana Santa Católica,
que condicionan otras. Además, ya en España, las Autonosuyas esas
tienen otorgada por ley la capacidad de establecer cuatro días festivos
en la Comunidad, que pueden ir cambiando cada año, por ejemplo, porque
una determinada festividad comunitaria caiga en domingo, como ha
ocurrido este año con la festividad madrileña de la Almudena que ha sido
trasladada al lunes siguiente. Esto mismo puede ocurrir con alguna
festividad nacional. Hay que decir que el número de festivos para una
determinada localidad, ciudad o pueblo, serán catorce: ocho nacionales,
cuatro autonómicos y dos locales. Pero ojo, y esto fastidia mucho, el
sábado (en España) es un día laborable a todos los efectos de
calendarios, aunque no lo sea para muchos trabajadores, así que, si una
fiesta cae en ese día de la semana… ajo, agua y resignación. Y lo digo
porque tenemos a la vuelta el 6 de diciembre que este año cae en sábado.
A
raíz de este asunto de los calendarios, me ha venido a la memoria una
charla que dí hace años —2021, plena pandemia de COVID— sobre el mundo
de los calendarios y sus curiosidades y que he vuelto a escuchar con un
cierto placer. Vd. también puede acceder a ella, pues está alojada en la
plataforma Youtube en el siguiente enlace.
Pidiendo disculpas por la inmodestia, recomiendo muy mucho saltar con
un golpe de ratón los primeros cuatro minutos por una introducción que
no tiene nada que ver con la charla y en los que se emplean comentarios
muy cariñosos pero a todas luces exagerados sobre mi persona.



























